sábado, 26 de julio de 2008

Hay que ir


En tiempos de paz, el guerrero puede con facilidad, devenir en una criatura autodestructiva.

Es menester por ello anclar una reflexión al respecto, si bien reflexión adolezca de un sentido frívolo en relación a lo que nos concierne. Un grito ruge como necesidad, recorre la intuición y ajetrea entre la miseria de lo maquinalmente sedentario. Hay que acercarse a los últimos reductos en qué yace un moribundo amago de luz color alba. En lo milenario de los caminos de montaña, entre la aspereza aquella, que nos exige una digna austeridad, dónde en la pugna se enciende ese contacto con la vida, con un sentido de verdad. Acercarse a la soledad de una Iglesia, sin hipocresias, sin ruidos, sin animales domésticos que se dicen ser hombres, sólo acercarse...

Hay que ir, porque todavía hay lugares, porque la contaminación no es universal. En la conquista de estos espacios, se juegan nuestros pulmones, la afirmación del mundo. Entre el asfalto dónde solo malflorece "opinión" no es lícito obviar el esfuerzo allende las alturas, para respirar entre las flores más recias, dónde el cielo parece conjugar lo bello y lo verdadero, lo salvajemente exquisito. Hay que ir....

3 comentarios:

Rémora dijo...

Imagino que la falta de respuestas se debe a un retiro espiritualista por parte de la gran mayoría de miembros de este selecto grupo.
Yo, en mi incapacidad de responder al canon pre-establecido de las vacaciones veraniegas, decido publicar una breve introducción a una idea que estoy desarrollando acerca del espíritu, basándome en las conversaciones mantenidas por mis camaradas.
Saludos cordiales y majestuosos.
La naturaleza es una forma pura de vida, y como tal, ha de ser respetada.

Mitus dijo...

Sus palabras son acordes con los hechos. Por mi parte, el exceso de trabajo me impide el hecho de trabajar y publicar una entrada de la cual algunos ya están sobre aviso. Aún y así, debo agradecer su atención al respeto de la Madre Naturaleza, pues cuando el tedio y la hipocresia llegan a rodearnos hasta un punto manifiestamente aberrante como sucede hoy día, sólo la Vida en estado Puro (Sinceraremente Salvaje) y la seguridad que brinda el Santo Espíritu latente en ella, nos brinda con plenas garantías una sanación y mejora de la mente y el cuerpo. Hasta el punto de llegar a cimas nunca antes holladas.

Al maestro Ayax - Tan solo decirle que esta entrada fue como hallar un manantial de agua pura. Le felicito. Añado que una respuesta a este escrito habría sido una caricatura a su lado, pues un artículo que contiene frases tales como: "Un grito ruge como necesidad, recorre la intuición y ajetrea entre la miseria de lo maquinalmente sedentario." no necesita de palativo alguno. Enhorabuena.

Que éste es un grupo selecto, sólo podría dudarlo el mediocre. Hay mucha fuerza latente en nosotros, mucha. Y ganas de utilizarla.

Un saludo huracanado!

Rémora dijo...

¿Alguien tiene alguna noticia del emisario que enviamos a Nueva España?

Herr Blacky de Tolly se marcho hace ya una semana... Ya se sabe que estos misioneros en cuanto se encuentran con algunas nativas se nos pierden.

En fin, seguiré a la espera.

Hiperbólicos saludos y sobreesdrújulos abrazos y para todos los camaradens!