viernes, 5 de octubre de 2007

La Facultad de filosofía


Antes que todo, os exijo plena participación en esta brecha que voy a abrir. Imaginaros que a cada palabra voy esbozando una mueca risueña mas gozosa y agresiva.

Bien, al lío:
Ante todo matizar que no pienso entrar en cuestiones de sensibilidades personales u otras consideraciones de plebeyo gusto.
Qué es pues, hoy por hoy, ese edificio donde se dice dar filosofía?
Una pelota de miel donde lamen y juguetean injertados toda una suerte de pajilleros, traumados/as, y almas de patológicas tendencias depresivas, eso es, un espacio donde se cuece un más que enfermizo ambiente, que si bien gusta en el propósito de vestir a élite, pensamiento o personalidad, en verdad gasta del plebeyismo más corriente y moliente, con el agravante de snobismo cultureta.

Me detengo. Puesto que intuyo que es una cuestión que a muchos apetece hincarle el
diente, para seguir con lo dicho....

(P.D : espero os plazca la ilustración superior, que no es necesario que explique)

2 comentarios:

Barclay de Tolly dijo...

Amigo Ayax, me complace ver que hasta en la enfermedad restas altivo y utilizas cada instante para batallar gloriosamente contra la hez de nuestros tiempos. Abrumado ante semejante proliferación de textos capitales y a la espera de la entrada de los demás miembros de El Partido, tan solo apuntar que el carácter febril e inmundo de la facultad, que tan bien has expuesto, no es atributo exclusivo del mindundismo estudiantil, sino que igualmente se extiende por el funesto entramado docente. Así pues, cuando en un mismo "espacio vital" confluye la atracción pre-púber e irresponsable por ideas malditas cuya ostentación, se cree, diferencia del resto, con el ansia de un profesor frustrado por transmitir mojones que ningún ser maduro y sano consentiría oír dos segundos, lo único que de ahí puede surgir es un endeble y eunuco cuentacuentos que se regocija en su ansia existencial fruto de una supuesta superioridad y alienación de un mundo burdo.

Esta fábrica de traumados educa en la ardua labor del cretinismo, fabrica y modela cándidos peleles que asumen cándidamente el exotismo snob de ideas pervertidas. El premio se lo lleva el que consigue retener el mayor número de imbecilidades, pues seguramente acabe siendo futuro profesor de la facultad, listo para transmitir doctrinas nauseabundas a inocentes lelos del mismo modo en que hicieron con él.

Y es que el arquetipo de estudiante de filosofía es un ser débil que no puede despuntar por lo alto, es un ser inválido y castrado, un ser que decide rebozarse en la miseria para mostrar su desprecio al mundo, su elitismo que lo distingue de la demás gente sana.

Bueno, me extendería más si tuviese más tiempo y llevaría a cabo un análisis fenomenológico, o quizá hermenéutico, de la situación insostenible aquí expuesta, pero debo preparar mis mejores galas e irme de baretas y cortejar a alguna bella y casta moza, el deber fálico lo exige.

¡Saludos intempestivos!

ayax dijo...

Agradezco la cortesía de vuestro saludo, y tomo el relevo en esta vivisección de tan grotesca escena.

Como apunta vuestra merced, no sin marcial acierto, la hoguera de este orgullo patológico se ve alimentada con júbilo por parte de la clase profesoral, cuya idea de educación-formación del espíritu se diría tal y como Dios manda- dista bastante de lo que supone el ejercicio del magisterio, eso es:de incentivar a la plenitud vital, conquistar los propios fines al uso aristotélico, o asumir una humide sobriedad sabia, que no pedante.
Ni que decir tiene que me considero con la autoridad moral suficiente como para gravitar sobre este punto.
Queda pues demostrado en abrumadora evidencia, que cuando no se limpia a tiempo, los virus proliferan generosamente por todo rincón. Suerte la nuestra!

Por cierto, y ya concluyo en breve,recordemos que nuestros argumentos frente a los monaguillos(uso el vovablo en su acepción peyorativa y por tanto no religiosa sino de pánfilo y lameculos)filosofillos de café, sudor, granos, y victimismo bohemio, no atienden a razón, respeto ni igualdad, del mismo modo que no consideraríamos a una pulga que inquieta a nuestro querido y fiel perro.
Así que como norma de buen gusto, no compartir espacios, tiempos,ni códigos comunes con infra hombres de tan indigna estofa.
Camaradas....
vuestro, fiel y cafre
recibid un saludo